El FMI quiere imponer un impuesto al carbono para la IA debido a la pérdida de puestos de trabajo
junio 20, 2024La Inteligencia Artificial Generativa ha emergido como una tecnología disruptiva y sobre todo, que otorga poder, la cual está provocando significativos cambios en el mercado laboral, lo que ya se traduce en la reducción de puestos de trabajo. En este contexto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha expresado su preocupación por el impacto negativo que la pérdida de empleos podría tener en la recaudación de impuestos proponiendo medidas para contrarrestar este efecto. Entre estas propuestas del FMI se incluye un impuesto al carbono dirigido a las granjas de servidores de alta demanda energética que sustentan los sistemas de IA. ¿Es la IA el nuevo santo grial para que los gobiernos expolien a las empresas?
Esta idea se discute en el documento del FMI titulado «Ampliar los beneficios de la IA generativa: el papel de las políticas fiscales», donde se argumenta que, aunque la IA generativa puede incrementar significativamente la productividad, también tiene el potencial de agravar la desigualdad y afectar las finanzas públicas debido a la automatización del trabajo. Es, por tanto, patente, que poco le va a importar al FMI los trabajadores, pero entonces, ¿van las empresas a prescindir de trabajadores por IA para tener que pagar más impuestos todavía?
La pérdida de empleos implica menos impuestos, ¿cómo arreglarlo según el FMI?: grabando el carbono que “produce” la IA
Históricamente, la automatización ha tendido a reemplazar empleos rutinarios y de menor cualificación. Sin embargo, las avanzadas capacidades cognitivas de la IA generativa podrían desplazar también a trabajos más cualificados, como la programación, la contabilidad y otros roles administrativos. Esto implica una posible amplificación en la pérdida de empleos en sectores cognitivos, lo cual, a su vez, reduciría los ingresos fiscales provenientes de los impuestos sobre la renta laboral.
Ante esta situación, el FMI sugiere que las políticas fiscales deben adaptarse, puesto que hay menos trabajadores pagando impuestos y las empresas se liberan de esa carga fiscal. Una de las propuestas es reconsiderar la estructura impositiva entre el capital y el trabajo. Tradicionalmente, el capital —como el hardware y el software— soporta una carga fiscal menor en comparación con el trabajo y el trabajador.
No obstante, si la IA permite que el capital sustituya masivamente a la mano de obra humana, podría ser necesario ajustar este desequilibrio.
El FMI en ningún momento piensa en los puestos de trabajo perdidos y en los trabajadores, solamente en cómo ganar más dinero con impuestos
Además, el FMI manifiesta su preocupación por los mercados dominados por unas pocas grandes empresas (Big 7) capaces de soportar los elevados costos informáticos del desarrollo de sistemas de IA avanzados. En este sentido, un impuesto al carbono sobre las granjas de servidores de IA de alto consumo energético podría contribuir a equilibrar la competencia (como si realmente les importase). Grabando las emisiones de carbono asociadas, se reflejarían mejor los costos ambientales externos en el precio de la tecnología, sugieren los economistas del FMI.
La IA, conocida por su elevado consumo energético, ha sido objeto de estudios que revelan su impacto ambiental. Por ejemplo, investigaciones de la startup de IA Hugging Face y la Universidad Carnegie Mellon han demostrado que generar una sola imagen de IA puede consumir tanta energía como recargar un teléfono inteligente.
Aunque la generación de textos es más eficiente energéticamente, pero sigue siendo considerable. Por lo tanto, un impuesto basado en las emisiones de carbono podría incentivar prácticas más eficientes en el uso de energía por parte de las empresas, la práctica es otra historia y ya la intuimos, obviamente.
No quieren un impuesto general… Por ahora
El FMI no recomienda un «impuesto general a la IA», ya que esto podría frenar la innovación y la adopción de IA en los países que lo implementen, colocándolos en desventaja competitiva. No obstante, sí considera que la IA podría optimizar las antiguas burocracias tributarias, posibilitando la implementación de impuestos en tiempo real basados en valores de mercado, como en el caso de los impuestos a la propiedad.
Teniendo en cuenta que se estima que el 40% de los empleos a nivel mundial se vea afectado, cifra en el países desarrollados se va al 60%, cuando el FMI está pensando en un impuesto al carbono por la IA y no habla del impacto en los trabajadores… No podemos pensar otra cosa que tiempos difíciles para una gran parte de nosotros.
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